27 de agosto de 2014

El clic de la muerte










Llevo días queriendo escribir un nuevo post, pero no me salían muy bien las palabras. Además de que terminaba poniendo palabras sin sentido.

Hace unos días, estando en el pueblo me mandó un WhatsApp mi madre para que pusiera un canal para ver el programa de Mercedes Milá que trataba sobre la anoréxia.
No lo vi, ya que no estaba en casa, pero al volver a casa lo vi desde la web de la página.

¿La verdad?
No es ninguna sorpresa muchas de las cosas que vi.

Para el que no sabe nada de este mundo claro que es una sorpresa, incluso para familiares de muchos de los enfermos muchas cosas de las que se van diciendo llegan a ser una sorpresa.

Viendo el programa volví a recordar lo fácil que tenemos las personas de encontrar información para entrar en una vida paralela a la vida normal.
Algo tan fácil como teclear "cómo vomitar fácilmente" hace que muchas personas acabemos en un mundo donde no nos esperamos lo que está por venir. Un mundo de dolor, de lágrimas, de silencio, de mentiras, de miedo...
Un mundo donde tienes más enemigos que amigos, donde la soledad es tu mejor compañía, donde tu única meta es llegar a algo que es totalmente irreal, donde solo hay oscuridad.
Es un mundo donde la muerte es un final que esperas, pero no la que llega; la muerte en vida es la que te espera.

Una muerte en vida es dejar de vivir las cosas, dejar que los buenos momentos sean para nosotros momentos incomprensibles, donde no existe el sonido de la risa, donde no hay sitio para ver los pequeños milagros que la vida nos da...

No nos esperamos lo que nos viene, esperamos que todo sea perfecto, que el espejo nos diga siempre lo que queremos ver, que veamos la imagen de un cuerpo perfecto, que la gente envidie nuestra escultura...

Volver a la vida normal es algo que llegamos a desear, pero no sabemos como llegar. El miedo te paraliza, la enfermedad es lo único que conocemos, nuestro manera de vivir en ese momento.

Cuando deseas volver a esa vida normal que hace tiempo desapareció no podemos hacerlo solos. Nuestro orgullo se ve herido al descubir que no podemos y necesitamos ayuda.
Es tan fácil entrar y tan difícil salir.

Pero no es imposible.

Por suerte hay gente que se dedica a salvarnos la vida, a ayudarnos a dar cada día pasos para volver a esa vida normal.

Es cierto que volver a la vida normal tiene un precio muy alto. En mi opinión y lo que se ve en el documental, tienes que tener unos ingresos para acceder a esta vía.

La verdad, es muy triste que gente tan cualificada para ayudar a que volvamos a vivir tengan que ser solo por clínicas privadas, hay gente que no puede acceder a ellas por no tener recursos.

¿No merecen todas las personas que se les ayude?

En cierto modo, es muy triste que solo existan por vías privadas, pero doy gracias que al menos existen vías.

La verdad, puedo decir orgullosa que yo sí quiero una vida normal.
Que hay gente que apostó por mi y gracias a ellos estoy dando cada día más pasos hacia una vida normal acompañada de buenos profesionales que siempre están ahí para ayudar.

El camino es duro, es difícil, pero no imposible.



by Kinki Pulguita



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