(Daireth Winehouse)
Tiempo sin escribir, o más bien sin publicar.
Muchas veces me pregunto ¿para qué escribir si nadie comenta
nada? ¿Cómo saber si lo que escribo le llega a alguien o le importa a alguien?
Pero a veces, luego pienso, ¿qué más da que comenten? ¿Qué
más da saber si lo que escribe lo llega a leer alguien? ¿Qué más da…?
¿Te sirve a ti lo que escribes? ¿Te sientes bien?
Pues entonces está bien hecho.
Hoy voy a escribir sobre alguien que sé que sí me lee.
Sí, sobre ti.
Hace dos días retomé el contacto con alguien que en su día
fue importante para mí, o más bien yo para él.
Han pasado 5 años y me sigo acordando de ti, aunque no de la
forma que a lo mejor él quisiera o quiso en su momento.
A pesar del tiempo pasado, la palabra GRACIAS se me queda
corta para agradecerte todos esos buenos momentos que me hiciste pasar. Aunque
sé que te hice daño. Y lo lamento.
Eres una bellísima persona y no te merecías ni te mereces
que te hagan daño. Existe poca gente como tú en el mundo.
Como bien dice la imagen de hoy:
“La vida es como una cámara: sólo enfócate en lo que es
importante, captura los buenos instantes, saca de lo negativo un aprendizaje
revelado y si las cosas no salen como deseabas... intenta una nueva toma”
A pesar de lo mal que terminó la relación, del daño que nos
hicimos inconscientemente, sólo enfoco en los buenos instantes que compartimos,
y he revelado lo bueno del momento. Las sonrisas, las risas, las excursiones,
los buenos piques…
Sé que soy una mala droga, pero ojalá no lo fuese, porque
tener en la vida un amigo como tú es tener un tesoro.
Sólo te digo una cosa: no cambies nunca. Y si lo haces, que
sea para ser mejor persona de lo que ya eres.
Una vez más, GRACIAS por hacer que en ese momento de
sufrimiento existieran buenos momentos. Gracias por ver en mí una persona y no
una loca enferma y sorda…
by Kinki Pulguita