1 de agosto de 2012

Y sentir la tranquilidad









"En la tranquilidad hay salud, como plenitud, dentro de uno. Perdónate, acéptate, reconócete y ámate. Recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad."


(Facundo Cabral)




Y como no, ya desde la tarde de ayer sentía los nervios a flor de piel, aun que no le llegaba a dar mucha importancia la verdad.
En ese instante él me hacía olvidar que posiblemente mañana iba a ser un día difícil y amargo, y con predicciones de lloros y más lloros.

La noche fue un tanto inquieta y calurosa.
Vuelta por aquí vuelta por allá, ahora me pongo del revés...

En fin, que no he dormido precisamente a pierna suelta.
Los días que estoy nerviosa siempre me despierto antes de que suene el despertador, algo que me pone más nerviosa aún.

Empezar la rutina del día como siempre, desayuno, perros, ducha...etc etc.
Siempre o casi siempre el mismo cantar.

Salir de casa pensando en ir tranquilamente con tu música, no tienes prisa...
Aún así llegar 30 minutos antes de lo normal, quedarte en la acera de enfrente mirando el patio y el edificio.
Sinceramente, tengo ganas de salir corriendo y no dar señales de vida.

Te quedas dando una pequeña vuelta por la zona y cuando ya queda poco vuelves de nuevo a quedarte mirando la puerta del patio planteándote "¿entro o no entro?"

Está claro que por mucho que por mucho que me haga la pregunta una y otra vez siempre acabo entrando.

Me pregunto si algún día se dará el caso que salga huyendo.

La espera sinceramente siempre se me hace interminable, creo que me sorprenderá mucho el día que entre y salga sin nervios algunos.

En esa "larga" espera pido y me vuelvo a pedir que no me pesen y sinceramente se que es una perdida de tiempo, ya que sé de sobra que sí me van a pesar.
Y efectivamente, me pesan.

Un nudo en el estomago bastante molesto, te entran ganas de hacer un intento y pedir que te digan el peso...
Sinceramente, me muero por saberlo...
Pero todo lo que oigo en mi cabeza ahí se queda, ni una palabra.

Te pones de espaldas y te subes a la báscula cerrando los ojos a la espera que la cosa no vaya bajando y cayendo.

La primera consulta no está mal, entrar muy nerviosa y gracias a una perdona a la que quiero mucho salir de allí con una amplia sonrisa.

No ha estado mal, no ha sido como esperaba, ni como quería, pero al menos no he salido tan nerviosa.

Entrar en la segunda consulta y al rato oír el móvil, un mensaje...

De nuevo te da un vuelvo todo el cuerpo.
Te entran ganas de decir "me vas a permitir, pero lo tengo que leer"
Aun que sinceramente, no ha echo falta.
Como quien no quiere la cosa, intentando disimular lo leo en plena consulta, y yo esperando que no me digan nada.

De nuevo te invade una tranquilidad.

Finalmente sales de las dos consultas con un buen sabor de boca, con la sensación  y el sentimiento de decir:
"va a ser un verano raro,voy a llorar, enfadarme... Pero todo irá bien. Tiene que ir bien"




by Kinki Pulguita

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