18 de julio de 2012

Tristeza, ya no te ajunto




"Cuando sonríes das la espalda a la tristeza y la mano a la vida."

 

Y cuando pensabas que ya nada tenía solución, que todo podía estar perdido, que tus ganas de seguir se iban apagando como la llama de una vela, una pequeña luz se enciende en medio del camino, recordándote que por muchas ráfagas de aire que hayan y apaguen tu llama encendida, cuando menos te lo esperes, y dónde menos te lo esperes, se encenderá otra llama con más intensidad...

 

Quien me diría a mi, que hace apenas unos días mi nivel de ansiedad y de angustia estaba al 100%, que mis ganas de llorar de hace apenas un día estaban a flote, que las dudas y los miedos te hacían pensar cosas que realmente no pensabas y no querías...

 

Sin embargo, parece que todo esto ha cambiado por un día.

Algo tan simple como hablar con una vieja compañera del colegio que ha pasado por la misma situación que yo te de muchos ánimos, y ganas de continuar.

Porque te soluciona las dudas que hasta ahora podrías tener:

 ¿Hay solución? ¿Es efectivo? ¿Sirve para algo? ¿Se supera? 

Y sin darse cuenta, a ciertos miedos que tenías, que por mucho que te digan una y otra vez en la consulta como va a ser, no llegas a terminar de creertelo, y sin embargo, una simple charla ha callado a todos los miedos, o al menos a algunos que tenía con respecto al Hospital de día.

Te pueden decir mil y una vez que estarás acompañada en todo momento, pero te queda la espinita de no llegar a creertelo, llegas a pensar que en algún momento te encontrarás sola en un lugar desconocido y no te sentirás a gusto, llegas a pensar que la comida será como en el hospital "esta es tu bandeja de comida, te la comes sí o sí, si no atenta a las consecuencias" 

Realmente no te lo dicen así, pero el final si es así, porque por mucho que te digan "no si aquí no obligamos a comer a nadie, si no se quiere comer la bandeja que no se la coma. ¡Ah! eso sí, luego te pondré una sonda"

Una manera muy bonita de decirte o a las buenas o a las malas...

Llegas a pensar en el momento del después de la comida, ¿hacer reposo en un sitio que no conoces y no estarás cómoda y encima sola?

No, si es que no estarás sola.

Piensas ¿seguro?

Que sí, que en todo momento estás acompañada.

Pero...¿seguro, seguro?

Está bien oírlo en boca de alguien que lo ha pasado, lo ha vivido, y ha salido de ello, y encima termina la conversación diciéndote que si es la mejor decisión que tomó en su vida...

Terminas teniendo una tarde tranquila, la charla con esa persona te ha dejado un buen sabor de boca.

Ya estás dándole vueltas a la cabeza diciendo.

"Pues parece que no es tan mala la decisión que has tomado"

Ya tienen un sentimiento de paz y tranquilidad de pensar que por muy mal que se estén presentando las cosas, la decisión, es la correcta.

Luego que si te vas unas horitas a ver a una gran amiga, a la que hace bastante no pasas con ella unas horas de charla y risas.

Aun que no ha acompañado la situación.

Vale que sí te has alegrado muchísimo de verla, de pasar un rato con ella y su niño pequeño, de charlar, pero te queda el mal sabor de boca y la preocupación de saber que ella no está bien animicamente.

Pero te quedas con el buen sabor de boca al recordar que ahí vas a estar tu para ella.

Ella cuidó de mi en su momento el tiempo que estuvimos juntas, ahora como amiga y como hermana pequeña que me siento a su lado, me corresponde a mi ayudarla.

Y así voy hacer.

Y terminar el día con una amplia sonrisa, una sensación de que por muy mal que salgan las cosas siempre va haber alguien que te saque una sonrisa sin tú quererlo.

No me han escrito nunca una carta con tanto sentimiento en la vida.

Desde el primer "¡Hola pulguita!" hasta el último punto de la carta, el sentimiento ha sido de paz, tranquilidad, felicidad, emoción...

Y a cada palabra una amplia sonrisa que le acompañaba...

Hay en concreto una parte que me ha dado un poquito de miedo, pensar que te habías planteado mantener las distancias y apartarte un poco de mi.

Creo que involuntariamente mi cabeza ha respondido en voz alta "NO por favor..."

 Ahora me corresponde devolverle la misma moneda, e incluso más...

Aun que sinceramente, me puede la vergüenza, pero si él ha sido capaz de tragarse la vergüenza yo también lo seré.

Lo que ha empezado siendo un día de nervios por el tema de que te pesen de nuevo, por el tema de si tener que ir a consulta y te pongan pautas nuevas que te vayan a alterar más aún, por el miedo de que te digan, "mira no, no te dejamos ir al pueblo"...ha empezado siendo un día amargo...

Y ha terminado siendo un día que lo único que puedes ver en mi, es la amplia sonrisa que tengo de satisfacción...

Ahora esperemos que las cosas se tranquilicen y pueda gozar de cada momento, y recuperemos un poco de lo perdido, y cojamos con ganas los retos que nos da la vida...

 

by Kinki Pulguita

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